domingo, 10 de octubre de 2010

a la espera

A la espera, en estos días de lluvia y puente (ajeno), de celebración -sí, que así debe hacerse- de cumpleaños. Que estrenan año amigos, y amigas. Hoy mismo, T., ayer J.
A la espera de que me sea necesario escribir del novelista y escribidor y ahora premio Nobel. Más bien, de los recuerdos que avivan sus lecturas. Aquel nunca oficilizado club que nos pobló de libros y aventuras los primeros años de Universidad (Pedro, Luismiguel, Nico, Ramón, Manolo), tan cortos de dinero como anchos y generosos de deseo, de ganas de comernos el mundo. De cuando la magia también de la soledad centenaria de García Márquez, de la Teresa de Marsé, o el descrubimiento de La saga-fuga de J.B., Benet y Garcia Hortelano. Y siempre MVM. O después, cuando La Fiesta del Chivo me recuerda tanto -y no sólo su geografía- a Galíndez.
A la espera de que se traduzcan y publiquen aquí los nuevos de (algunos) de mis preferidos. Solar, de I. McEwan, y la Némesis de Ph. Roth (portadas parejas, por cierto). Freedom, la que dicen obra maestra del joven J. Franzen.
A la espera de que queden cumplidos treinta y cinco años de un pacto de vida compartida. Mi vida con P.
A la espera, siempre.

2 comentarios:

  1. La lectura es un puente con muchos ojos que no necesita kilómetros de autovía para que te den por retambufa y se den a la fuga. Es una rayuela en la que se salta de espacio a espacio, de libro a libro, hasta alcanzar la gloria. Y lo 35 años de P (de pacto y de columba)son de presente continuo, cuya espera solo se traduce en verde (esperanza)y, al menos en mi caso, un tanto unamuniano ya, en costumbre. Felicidades por las lecturas y por ese "tiempo de héroes" que trascurres.

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  2. Hay que felicitarse por los años de la felicidad. Y más que, espero, vendrán.

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