miércoles, 24 de junio de 2020

llamadas

No las he buscado, pero me han venido hoy solas y como de puntillas. Enredo entre libros (El Boomeran(g), El Cultural, Zenda, Los diablos azules...) y me llaman. 

En uno de los escritos, VGP concluye así : 'Por tanto, pobreza es en general que exista una sociedad en la cual la inmensa mayoría de los que viven en ella estén excluidos de la simbolización y el conocimiento debido a la miseria social, la opresión, la injusticia y la esclavitud.'

En el otro es RN quien ejemplifica la austeridad de Spinoza/Espinosa: 'Se hizo un inventario de sus bienes tras su fallecimiento: una cama, una pequeña mesa de roble, otra de esquina con tres patas, dos mesitas auxiliares, un equipo de pulir lentes, unos ciento cincuenta libros y un tablero de ajedrez.'

Pues eso, que puede que -sin cambiar el aforismo- vivir consista en filosofar. Siempre, claro, que sea de lo que importa. 

jueves, 4 de junio de 2020

cerezas

LENGUAJES VEGETALES DE MI PAÍS VACIADO

¿Nos vamos a negar a las flautas de junio?
La vida está en el centro del círculo del año
como una emperatriz de manto verde,
embriagada. Obedecen las plantas, las mareas,
las nébulas, los apareamientos.
 
Nuestra es la noche. Goce como urgencia.
¿La danza de la muerte?
La danza de lo vivo lo viviente lo vivido.
¡La danza de la vida!
Rituales reinventables, fluidos
y poco sistemáticos. De lavados y baños,
y de quemas, de saltos y de danzas. Había que lavarse
la cara en una fuente. Echar en agua pétalos
de clavel o geranio —decía una vecina—
y la piel resplandece y salen novios.
En la fuente, a las doce, una anciana que ríe sin parar
se moja con el agua de San Juan los genitales
y renueva, tras siglos, el gesto de Baubó.
Desnudarnos, al fin, con la ayuda del agua,
del fuego y de la noche. ¿Qué nos mueve, tan hondo,
tan sensual, tan arcaico? ¿De qué barrancos salta
este torrente loco?
Nadie quiere dormir y nadie duerme.
Porque la capa verde de la vida
pasa empapándonos esta sola noche.
Había adolescentes en grupos, trasnochando.
Hubo una vez costumbre de decir
el deseo con ramas de frutales.
A las niñas amables, cerezas que colgaban
de ramas relucientes. A las locas y raras,
retorcidos ramajes de frondosas higueras.
Por boca de las ramas hablaremos:
con el regazo lleno de cerezas
serán más amorosas las puertas del verano,
será jovial la pura medianoche
y el cénit sentiremos como cuna
para acostar los sueños que elevamos
como ramas nacidas de los cuerpos.

Traducir los lenguajes vegetales
de un mundo que se seca.
Hablemos, hablemos con los árboles.
Unirnos a los ímpetus radicales del tiempo
y cuidar lo que junio nos ofrece.


Aurora Luque, Gavieras*. Visor Libros, Madrid 2020
*premio Loewe de poesía
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