‘Mi primera vida la perdí jugando a la pelota. La segunda me abandonó buscando una respuesta que nunca encontré. La tercera me la robó un cantante de mala fama. De regalo, ofrecí la cuarta, sin razón. Entre una cena y un te quiero, me aposté la quinta. La sexta la doné a Soledades sin Fronteras. La séptima, la última que me queda, la quiero ahogar en lo más profundo de tu boca’
(Alejandra Díaz-Ortiz, Siete vidas tiene el gato.
Ruth Toledano lo escribe en EL PAÍS)
Siete vidas políticas hay que destrozar a la gata más caradura de las que en el mundo son. Hay que machacar en ese clavo todos y a diario, ya leeremos el año que viene lo que nos quede por leer.
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