viernes, 29 de junio de 2012

volver

Para entonces quizás ya la memoria haya borrado muchos senderos, y el velo grisazulado del olvido haya logrado que se mezclen y confundan los caminos. Me extraviaré, seguro, y tendrán mis pasos que rehacer pacientes nuevas rutas, y encaminarse por nuevas direcciones. Pero no estaré perdido. No del todo. Porque habré dejado, como hitos al borde del camino, retazos de mi vida al cuidado de las sombras, al amparo tranquilo de lo eterno. Y descubriré al azar quizás miradas nuevas, y nuevas aventuras que soñar y ser.
Me acogerán, seguro, los brazos amables de la prudente Ottavia, pórtico de luz, revisitados una y otra vez y siempre renovados. Oiré la bienvenida de la plaza hermosa, inabarcable en su belleza, llegando a la Rotonda despaciosa y lentamente por la Maddalena. Y en el caffè de la Pace esperaré con Pasolini, impacientes sin prisa, a que las cenizas de Gramsci obren el milagro de cubrir para siempre la faz de la codicia.
Encontraré la huella de mis pasos perdidos, vaivén de via Giulia y Coronari. Y me encontraré de nuevo frente a ti, Roma, y en ti podré mirarme para reconocerme contigo.
Me encontraré así, por ti, conmigo como fui en otro tiempo. Un tiempo que será éste de hoy, el de tus santos patronos que el destino y una torpe ceguera han querido que no quiera yo celebrar. Basta con decir adiós.
Prometido queda que he de volver, y volveré.
Ciao! ci vediamo!

Anuncian en Barajas un cielo despejado.

2 comentarios:

  1. "que las cenizas de Gramsci obren el milagro de cubrir para siempre la faz de la codicia." impresionante.
    suena a buen presagio el regresar con cielo despejado.
    un beso

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