viernes, 8 de junio de 2012

libros sin feria

Me cuentan que ese amigo, atareado ahora en revolver los mil y un cachivaches de mi casa, diagnosticó mi situación, entre bromas y veras, como de libritis permanente. Sea. Pero, una vez más, no verán mis ojos tampoco este año la Feria del Libro.

Me ayudan a curar esa vieja dolencia algunas citas. Como aquella del 28, en la Casa delle Letterature. En ese bellísimo patio de naranjos (son de las que no se comen, me dice el padre de Lorenzo) aguardamos a que comience el encuentro, y marido y mujer me ilustran sobre sus años de estudiantes -los dos alumnos del Virgilio- y me acercan el recuerdo de aquellos profesores italianos que pedían, medio en broma medio en veras, signorina... ¡passo scolastico!.

Chiara Valerio dispara palabras -cada una, una idea- a un ritmo que exige de toda mi concentración. Y Valeria, la autora, mueve sus manos -largas, expresivas- para acentuar las suyas, como si cada palabra necesitara de la materia y el movimiento. Y habla pausada y firme, como quien no tiene duda de lo que piensa y quiere. De su libro y de sus viajes, de su escritura, de sus identidades.  De esos desaparecidos tan presentes, cuyo ser es la ausencia. Su hablar decidido desmiente la fragilidad de su apariencia.

Los ingrávidos, el libro de Valeria Luiselli -mejicana, no se me engañen- se publica en Italia con el título de Volti nella folla. Y me llama la atención el recuerdo de la autora, niña nómada por padre diplomático, al tiempo en que tuvo que volver a aprender un español que no sabía escribir. Porque estoy convencido de que sólo con las palabras de una lengua que no es la tuya propia -esa que casi todos identifican con la madre- se puede poner distancia, verlas desde fuera, hacerlas sonar y resonar, tocar y moldear, sopesar, como si de algo ajeno que pruebas y de lo que te apropias sólo poco a poco se trataran, objetos que a veces se te  resisten, para los que  no encuentras a veces su lugar adecuado. Palabras que viven sin ti mientras las van haciendo tuyas.

La Feria se me aparece en los anuncios de firmas de los autores, en los artículos que destacan la presencia invitada del país que ahora me acoge. Y mi imaginación se pasea a hurtadillas por las casetas y el fresco de las mañanas del Retiro mientras los libros se van apilando en la casa a la espera de las cajas para el viaje. Mi pequeño alijo de la literatura italiana que, aunque nunca he dejado de leer, siempre he querido leer de otra manera. La última en llegar, La storia de Elsa Morante. Una manera de adelantarme al centenario.

Otros dicen que se trata tan sólo de libritis.

2 comentarios:

  1. Yo no falté a la cita y, a pesar de la crisis, no pude residir la tentación de adquirir algunas lecturas para disfrutar aquí en el sur.

    ResponderEliminar
  2. Libritis Exageralis

    Síndrome de deficiencia en la voluntad humana que provoca la lectura exagerada, crónica, compulsiva y esquizofrénica de libros de todo tipo. Según expertos y afamados médicos del mundo, aún no se ha encontrado la cura a dicho mal que daña principalmente la retina y provoca fuertes dolores musculares. De acuerdo a un estudio hecho en Europa, se han visto casos de distorsión de humor como depresión, alegría y enojo en el transcurso de cada lectura.
    Extracto del pergamino "Medicina Mundial" del Imperio de Plata.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...