viernes, 20 de abril de 2012

cruces

Se cruzan a veces las fechas, como los caminos. Y los lugares recuperan el poder de evocación que no tienen por si solos y que toman prestado, siempre, de ese visitante atento: hablan, sí, pero necesitan quien les escuche, ojos y corazón abiertos.

Miró cumple años hoy. Lo festejarán durante todo el día en la Mostra que se exhibe estos meses en el Claustro de Bramante, Miró!! poesia e luce, luz y poesía. Y paz, diría yo, que no en vano esa trilogía de iglesia, calle y café ('el más bello del mundo', sin duda) tiene en común uno de los nombres más hermosos, y hermoso en todas las lenguas: Pace.

En el caffè della Pace se escandalizaba Inma por mi interés, ni siquiera desmedido, en su carta (la del café, digo), de la que tanto me atrajo la elegancia clásica de su diseño. Noches aquellas de la amistad aún más cierta a la luz del mármol de Santa Maria della Pace -y la poesía cantándome por dentro-, la iglesia que cierra la Via della Pace, antes vicolo, y el arco abierto, rincón que es reposo y descanso seguro del bullicio permanente de la piazza Navona. Un buen sitio para quedar (y quedarse).

El Chiostro del Bramante es refugio y atalaya, el envés del tiempo que corre afuera. La quietud lenta, sin horas. Se puede subir en el ascensor sólo al tercer piso, donde espera un centro para la práctica del yoga: los otros dos son privados, y  el ascensor sólo permite bajar de nuevo directamente al piso bajo (al piano terra de aquí). Y en el primero, al que aúpan unas escaleras pinas y gastadas, el café, el descanso, la lectura.
En la muestra, una niña dibuja tal que si copiara al maestro. Al cruzarme, la madre me mira, satisfecha ella y orgullosa. Le tiende el papel a la niña, y los lápices. La pequeña, al parecer, promete, y, al dibujar, también se expone.

J. Gomis
Miró tiene Fundación con su nombre en Barcelona. Y en estos días, el que fue su primer director tiene también allí su Muestra, Joaquim Gomis. De la mirada oblicua a la narración visual. El que fue amigo y fotógrafo del pintor, ese hombre tranquilo de apariencia burguesa del que dicen que aprendió sobre la marcha a utilizar el lenguaje moderno en la fotografía, el de formas y luces que se hacen inquietantes, turbadoras incluso, adelantado a su tiempo, se cruza en este día de aniversario. Gomis, Bramante, Miró. Barcelona y Roma, la señora que mañana también cumple años.

Llovía cuando P. y yo nos dejamos seducir por el dibujo sencillo y esencial, por el color y las formas. En el recuerdo, la Mallorca dels xiurells, la de los azules del cuadro que presidía el despacho del President amigo.

Formas y color, poesía y luz. Y paz, tan necesaria en la espera, en el cruce de caminos. En los lugares asombrosos de nuestra particular cuenta atrás.

1 comentario:

  1. Ha sido un placer leer esta entrada, todo lo que está relacionado con el arte y el cruce de caminos parece estar dotado de esa parte mágica de la existencia, adortunadamente. Bs.

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