En la noche oscura el alma se templa, a veces, y se ilumina. Es capaz de negar evidencias y de tratar de confundir certezas. Busca siempre, al fin, el bálsamo de la esperanza.
¿Y si estuviera, como piensas, en la poesía?
Corazón de leona
tienes a veces.
Zarpa, nardo del odio,
siempre floreces.
Una leona
llevaré cada día
como corona.
(Miguel Hernández,
Cancionero y romancero de ausencias)
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