'Al
principio fue un largo, inesperado, apagón de cinco horas. Caracas
parecía un hormiguero destapado. Más allá de las citas canceladas,
los cheques sin cobrar, la comida descompuesta y el colapso del
metro, Miguel Ardiles recuerda ese día con una ternura casi
paternal: la ciudad sintió el estupor de ser cueva y laberinto.
En
los meses siguientes, a medida que los apagones se repetían, los
habitantes fueron dibujando sus primeros bisontes, marcando con
piedras los recodos familiares del recinto. Luego el Gobierno anunció
el plan de racionamiento de energía. Los voceros de la oposición no
tardaron en recordar la situación de Cuba en los años noventa y
cómo el plan de cortes eléctricos que implementaron durante el
periodo especial era idéntico al que se iba a aplicar en Venezuela.
El
anuncio se hizo a la medianoche del miércoles 13 de enero de 2010.
(...)'
Rodrigo
Blanco Calderón, The night, 2016.
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