Malditas sean las armas todas,
y quienes las fabrican sean malditos
y malditos quienes las venden,
y quienes las protegen con sus leyes
maldecidos sean.
Malditos doblemente quienes las usan.
Malditas las armas todas, que apagan la luz en los ojos
donde brilla la alegría del mundo.
(* con gratitud, a todas las maestras: benditas ellas)
No hay comentarios:
Publicar un comentario