Está nevando en el Pantheon, y -como alguien dejó escrito- los romanos corren a ver el milagro de los copos suspendidos sin atreverse a caer del todo a través del grandioso óculo. Asombrada, una joven española interrumpe su lectura. Quizás piense en su hermana, o en su madre: el libro que tiene en su mano guarda la memoria de la poeta que nos acaba de dejar.
Elogio de mi hermana
Mi hermana no escribe versos.
y dudo que empiece de repente a escribir versos.
Lo sacó de mi madre, que no escribía versos,
y de mi padre, que tampoco escribía versos.
Bajo el techo de mi hermana me siento segura:
el marido de mi hermana por nada en el mundo escribiría versos.
Y aunque esto suene a obra de Adam Macedonski,
ninguno de mis parientes se dedica a escribir versos.
En los cajones de mi hermana no hay viejos versos,
ni recién escritos en su bolso.
Y cuando mi hermana me invita a comer
sé que no es con la intención de leerme sus versos.
Sus sopas son exquisitas sin premeditación
y el café no se derrama sobre sus manuscritos.
En muchas familias nadie escribe versos,
pero si lo hacen, es raro que sea sólo una persona.
A veces la poesía fluye en cascadas de generaciones,
creando peligrosos remolinos en sus mutuos sentimientos.
Mi hermana cultiva una buena prosa hablada,
y toda su escritura son postales de sus viajes
con textos que prometen lo mismo cada año:
que cuando vuelva,
me contará todo,
todo,
todo.
Wislawa Szymborska, Poesía no completa
(traducción de Gerardo Beltrán y Abel Murcia)
hermosa imagen la que construiste, estoy viendo nevar a través del óculo del pantheon mientras todo se derrite a mi alrededor.
ResponderEliminarsupe de la nieve sobre roma, vi imagenes del coliseo nevado y me imagine como se verían otros lugares con nieve, la del pantheon me había faltado hasta hoy.
un beso