lunes, 1 de noviembre de 2010

amén

Amén

Te escribo para decirte que no sé [por qué te escribo ni]
quién soy, cuál es mi nombre verdadero o la razón
de mi extravío hoy. Que no sé
de mis pasos venideros, que ni siquiera si habrá
mañana, que así llaman confundidos al futuro.
Tampoco sé si alcanzarás a comprender entonces el porqué,
poderoso como el fuego, que me lleva a escribirte
cada día, como el comer o el respirar tan necesario
para saber que soy, que estás allí
donde tus ojos atrapan las palabras que mis labios repiten
ahora, cuando escribo. Cuando pienso
que es tan certero el deseo, y tan sencillo, que no querré
ser jamás el amante que bebe de tu cuerpo
los martes a la tarde. Que moriría por ser tu ser, es decir,
tu amor ebrio de ti todas las tardes cada día.
Te escribo y me sé hombre y mujer, pasión, atardecer.
Niebla y luz, azul y amanecer. Melancolía. Tú.

¿Habrá razón más fuerte que tus ojos? Tal vez.
Tal vez la razón de tu boca y tu sonrisa. Amén.

(Maite G. Blanco, en Versos urgentes)

1 comentario:

  1. Qué precioso poema!! hacía tiempo que no leía algo que inundara tanto el alma... y los sentidos.
    ¿Se creerá si le digo que me ha hecho llorar?

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