domingo, 14 de noviembre de 2021

100 años

Cien años, y ninguno en soledad. Salvo la de las cárceles o el exilio forzado o la clandestinidad que sufrieron miles de los suyos, militantes, camaradas, mujeres y hombres con el compromiso de la emancipación en su corazón y en sus cabezas. El PCE, el Partido, cumple hoy cien años. Un siglo de lucha y de esperanza. De lucha y, ahora también, como antaño, de gobierno. Y de nuevo junto a/con el PSOE, que no en vano nacen ambos de ese tronco añoso del  movimiento obrero.

Con las sombras y las luces, los aciertos y los errores de tan larga vida, es de justicia saludar y celebrar el cumpleaños de la organización política española que ha pagado el precio más alto en la defensa, primero, de la democracia contra el fascismo y, arrasada la republicana por la fuerza bruta de las armas, en su recuperación después. El precio en vidas quebradas de miles y miles de sus militantes.  Su huella en las cárceles de la dictadura franquista y en las tapias de los cementerios  y las fosas de la vergüenza, en los montes de la España resistente, en las filas francesas de la Resistencia contra el nazismo (y en La 9 que libera París), en los campos de concentración y de exterminio, en los despachos laboralistas y en los tajos, en las universidades, en el campo y en  la ciudad de las asociaciones de vecinos.

De esos cien años compartí veinticinco con los y las comunistas, camaradas y amigos los más, de mi generación. Nuestro sueño, nuestro compromiso y nuestro empeño fueron la reconciliación nacional y la democracia, las libertades, la construcción de una sociedad libre y plural, la justicia social… la Constitución. Ya sabéis…: ‘¿dictadura?, ni la del proletariado

Mientras sigan existiendo la injusticia y la desigualdad (que, lejos de menguar, sigue creciendo), la explotación y el odio, la xenofobia y la intolerancia, seguirá vigente el ideal de la emancipación y el deber moral (y, por lo mismo, político) de luchar por su  -como se decía entonces- advenimiento. Y mientras sea esto así, seguiré, como hasta ahora, sintiendo una punzada de orgullo cada vez que oigo de la boca sucia de quienes creen que así nos insultan la palabra ‘comunista’. Que a mucha honra.

Si viviera, hoy le iría a dar los días a mi abuelo Pedro, que también cumple años. De su dignidad, la mía y la de los nuestros. En su memoria, la de tantas y tantos que hoy merecen mi recuerdo, mi homenaje y mi respeto.

¡Salud! 

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