Nunca me ha costado tanto ponerme a escribir, ni nunca lo he necesitado tanto como hoy, como esta noche. Escribir como quien quiere echar fuera la desesperanza, contar la tristeza, ahuyentar la pena. Llamar a los que leen y decirles que lloren conmigo la muerte de Gior. La muerte del amigo que ha querido que la madrugada madrugara hoy más temprano.
!Qué cabrones los dias primeros de mes! Es lo que acierta a decime P. cuando le digo, cercana ya la medianoche.
Cervantes en su obsesión última, y el ansia de pintar la realidad como el envés de un sueño que la literatura no alcanza a (d)escribir. Salvo Cervantes, el precursor y el genio. Y me manda la muestra, 25 fotos, portada y páginas del libro que le bullía en la cabeza... y es hoy cuando las veo, sabiendo ya que no será esa comida, que ven cuando quieras...
Borges, Buenos Aires, Menard, Piédrola... y Filloy. Quedamos en hablar de cómo lo descubrimos, en dejarle yo aquel Mujeres que compré en la otra Córdoba.
Quedamos en hablar...
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