María recibe carta de Toledo. Le anuncian que en lugar de los 300,90€ que venía cobrando -hasta julio- por su grado de dependencia, serán 255,76€ los que perciba a partir del 1 de agosto.
Es lo que le notifican en escrito de fecha de 12 de septiembre.
¿Es ahora, por caso, menos dependiente?, ¿acaso el equipo de valoración ha modificado al alza su grado de autonomía?
No, por desgracia.
La gracia es consecuencia del Real Decreto Ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad.
Ahora ya sabemos que le reducen la prestación por su propio bien: así se esforzará en ser más competitiva.
De paso, se convertirá en garante de la estabilidad presupuestaria, pilar recién descubierto del Estado y ya mandato constitucional.
¡Quién lo diría, a sus 85 años!
Lo mismo te hacen más dependiente que te jubilan por decreto o publican tus males médicos. O sea, Torquemada ha vuelto y se llama PePe.
ResponderEliminarEs completamente absurdo, en definitiva cual es el criterio?
ResponderEliminarLa gente no es un número, es un montón de razones y circunstancias.
Abrazos
Nuestros políticos son unos... Yo he visto con mis propios ojos manifestarse a discapacitados pidiendo que no cesen las ayudas, mientras nuestros electos con cara de póquer responden que no hay dinero.
ResponderEliminarLes voy a decir por qué no hay dinero, no hay dinero porque ellos y sus secuaces han estado saqueando las arcas del Estado a manos llenas en todas sus combinaciones posibles: comisiones, pensiones vitalicias suculentas, indemnizaciones de escándalo, pagas después de ocupar un cargo desde el que se han pasado décadas llevándose al bolsillo todo lo que han pillado, etc. Ellos y sus secuaces ahora pretenden hacernos sentir culpables de sus delitos, nos acusan de haber vivido por encima de nuestras posibilidades y yo les acuso de que los que han vivido por encima de nuestras posibilidades han sido ellos.
No, no se les cae la cara de vergüenza al ver mendigar unas ayudas nimias a nuestros mayores, no se les cae la cara de vergüenza de decir no a esos seres humanos postrados en sillas de ruedas llenos de dignidad, que ellos en el enésimo exabrupto llaman públicamente “Los del carrito” o intentando hacerse los graciosos en la presentación de los juegos paralímpicos diciendo delante de el Rey que esta selección de deportistas son “La roja coja”.