Ni papel donde escribirte
he tenido en estos días
ni la paz necesaria que por fin me has regalado
niña de mi alma, dulce Amanda.
he tenido en estos días
ni la paz necesaria que por fin me has regalado
niña de mi alma, dulce Amanda.
Llegó la muerte y fue en domingo.
Llegó sin anunciarse, y era el mediodía.
Para robar tu tiempo al tiempo vino,
para negarte la vida,
mas no
pudo
apagar en la luz apacible de tus ojos
el brillo naciente de un amor enamorado.
el brillo naciente de un amor enamorado.
Era domingo y mediodía.
Y
no logró
oscurecer el sol sedoso de tu pelo
de lluvia y mayo derramado en aquel suelo.
Vino la muerte y no tuvo tus ojos.
Almendra, canela y avellana
Vino la muerte y no tuvo tus ojos.
Almendra, canela y avellana
tus dulces ojos grandes tan iguales
caramelo y vainilla,
y el mundo entero en ellos y el mañana
y el mundo entero en ellos y el mañana
y tú, niña querida
que naciste de un mar sembrado de claveles,
saudade de los ecos de aquel fado.
Huérfana del tiempo te han dejado.
Y a nosotros un presente sin la estela de tus sueños,
Y a nosotros un presente sin la estela de tus sueños,
sin el tímido decir de tus amores
sin el latir de la pasión de tus deseos.
sin el latir de la pasión de tus deseos.
No sonarán ya las severas sonatas de tu chelo,
y no podré darte los besos -¡tantos!- que te debo.
Que te quiso el destino eternamente joven
Que te quiso el destino eternamente joven
y te ha negado el azar la vida que soñamos.
Dormías, amor mío.
En tu boca
esa sonrisa
que perdona los pecados del mundo y ahuyenta los miedos de
tus niños,
maestra generosa, corazón abierto y entregado.
Descansabas, mi bien, de tus fatigas
roto tu corazón de tanto amor como nos diste.
Tu dulce os quiero
mucho vivirá ya para siempre entre nosotros,
alivio de esta pena grande y honda
y sin fin,
dolor inabarcable y desconsuelo.
No deberían ser tristes las mañanas de domingo,
ni quedarse sin beber a la tarde el vino bueno de tu
mano.
Pero no pudieron ese día, Amanda hermosa,
regresarte a la vida mis hermanos.
Y al conjuro callado de tu nombre acudieron a cientos los
amigos
y allí tú paz y ternura
sonrisa eterna y ancha
obraste una vez más el milagro del encuentro y el abrazo.
obraste una vez más el milagro del encuentro y el abrazo.
Y fue un lunes lunar el tiempo fugaz de los adioses.
Levántate un momento ahora.
Levántate un momento ahora.
Levántate, niña, y mira,
que aquí están tus compañeros.
Y las madres de tus chicos. Y la verde marea de amor y de
esperanza.
Que te necesitan, dicen,
que quieren seguir mirando al frente confiados
y tener a su lado la alegría de tus labios
para seguir aprendiendo contigo los secretos del afecto y de la vida.
Que te necesitan, dicen,
que quieren seguir mirando al frente confiados
y tener a su lado la alegría de tus labios
para seguir aprendiendo contigo los secretos del afecto y de la vida.
Te dejamos ir al declinar del día.
Y allí, serena, la
blanca luna enorme
sobre la quieta luz de los molinos
y el rojo caer de un sol majestuoso
que señala el camino de vuelta a los amigos.
Con Paulita volvimos a la casa que cuidaste
después de llorar de ti con los más tuyos,
después de llorar por ti con tus abuelos.
Nos esperaban tristes al llegar los gatos de la calle,
ellos también definitivamente solos.
Duerme ahora, niña mía. Descansa en paz
y duerme.
Duerme ahora, niña mía. Descansa en paz
y duerme.
No temas por tus sueños suspendidos,
señora y dueña de tu tiempo intacto entero.
Y espera tranquila a que Paloma y yo
juntos los dos
vayamos
a darte el mucho amor que te guardamos
y a pedirte que nos cuides, amor, por muchos años.
Te recuerdo, Amanda. Libre
como tu nombre.
y a pedirte que nos cuides, amor, por muchos años.
Te recuerdo, Amanda. Libre
como tu nombre.
Y te quiero.
Que hermoso poema para un dolor tan grande ,Pedro Pablo, cuanto pienso en vosotros, ya sabes que hace años mi hermano mayor perdió tambien a su hija,la pequeña,conozco el dolor y el mazazo que una perdida así produce.Una vez más mi afecto y mi cariño.Un fuerte abrazo
ResponderEliminarY un abrazo fuerte también para ti.
EliminarAlgún día recuperaremos el verano que nos han robado.
En la medida que la mar es ancha hasta mi orilla llega tu emoción y comparto el sentimiento entre las arenas en las que metería toda el agua si pudiera para llegar hasta ti y abrazarte y sostenerte y consumir contigo el desconsuelo.
ResponderEliminarMe conmovió tanto tu comentario... Hoy es tiempo de darte las gracias. Dobles, también por su presencia y tu abrazo.
EliminarPrecioso, profundo, triste. Este poema me ha dado de lleno en el corazón, porque una persona querida ha muerto hace unos días, y siento su ausencia por todos los rincones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tómalos prestados, si te alivian la pena. Fueron mi duelo.
EliminarGracias por el abrazo.
uf, que lindo y triste. marche un abrazo donde quiera que estés.
ResponderEliminarGracias
Eliminarpor tu abrazo.
LOPE DE VEGA -Fragmento-
ResponderEliminarÉste de mis entrañas dulce fruto,
con vuestra bendición, oh Rey eterno,
ofrezco humildemente a vuestras aras;
que si es de todos el mejor tributo
un puro corazón humilde y tierno,
y el más precioso de las prendas caras,
no las aromas raras
entre olores fenicios
y licores sabeos,
os rinden mis deseos,
por menos olorosos sacrificios,
sino mi corazón, que Carlos era,
que en el que me quedó menos os diera.
[...]
Confieso que de suerte
vive a la suya asida,
que cuanto a la vil tierra,
que el ser mortal encierra,
tuviera más contento de su vida;
mas cuanto al alma, ¿qué mayor consuelo
que lo que pierdo yo me gane el cielo?
[...]
serenad mis paternos ojos tristes,
pues ya sois sol donde pisáis la luna;
de la primera cuna
a la postrera cama
no distes sola un hora
de disgusto, y agora
parece que le dais, si así se llama
lo que es pena y dolor de parte nuestra,
pues no es la culpa, aunque es la causa, vuestra.
Cuando tan santo os vi, cuando tan cuerdo,
conocí la vejez que os inclinaba
a los fríos umbrales de la muerte;
luego lloré lo que ahora gano y pierdo,
y luego dije: «Aquí la edad acaba,
porque nunca comienza desta suerte».
¿Quién vio rigor tan fuerte,
y de razón ajeno,
temer por bueno y santo
lo que se amaba tanto?
[...]
¡Dichoso yo que os veo
donde está mi deseo
y donde no tocó pesar, ni puede;
que sólo con el bien de tal memoria
toda la pena me trocáis en gloria!
¿Qué me importara a mí que os viera puesto
a la sombra de un príncipe en la tierra,
pues Dios maldice a quien en ellos fía,
ni aun ser el mismo príncipe compuesto
de aquel metal del sol, del mundo guerra,
que tantas vidas consumir porfía?
La breve tiranía,
la mortal hermosura,
la ambición de los hombres
con títulos y nombres,
que la lisonja idolatrar procura,
al expirar la vida, ¿en qué se vuelven,
si al fin en el principio se resuelven?
[...]
sin noche, sin mañana,
sin vejez siempre enferma,
que hasta el sueño fastidia,
sin que la fiera envidia
de la virtud a los umbrales duerma,
del tiempo triunfaréis, porque no alcanza
donde cierran la puerta a la esperanza!
La inteligencia que los orbes mueve
a la celeste máquina divina
dará mil tornos con su hermosa mano,
fuego el León, el Sagitario nieve;
y vos, mirando aquella esencia trina,
ni pasaréis invierno ni verano,
y desde el soberano
lugar que os ha cabido,
los bellísimos ojos,
paces de mis enojos,
humillaréis a vuestro patrio nido,
y si mi llanto vuestra luz divisa,
los dos claveles bañaréis en risa.
Yo os di la mejor patria que yo pude
para nacer, y agora en vuestra muerte,
entre santos dichosa sepultura;
resta que vos roguéis a Dios que mude
mi sentimiento en gozo, de tal suerte
que, a pesar de la sangre que procura
cubrir de noche escura
la luz de esta memoria,
viváis vos en la mía;
que espero que algún día
la que me da dolor me dará gloria,
viendo al partir de aquesta tierra ajena,
que no quedáis adonde todo es pena.
UN ABRAZO PEDRO PABLO
Estoy buscando en los recuerdos momentos de una vida en común, darle de comer Rosa y yo, viajes por los Pirineos, los primeros compases del chelo, una cinta de Casals, recuerdos es lo que nos queda, buenos y felices y a ella "Huérfana del tiempo la han dejado" pero a nosotros "la mísera" no nos podrá quitar el recuerdo
ResponderEliminarHemos tenido en Roma un cuadro tuyo. Con Amanda fuimos a enmarcarlo. Y ahora veo entre sus cosas las fotos de aquel viaje inolvidable, cuando nos regaló la vida aquel rincón lleno de mariposas blancas.
EliminarSin palabras. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAna Parra
Besos.
EliminarUff me cortó el aliento...ojalá no hubiera que sufrir de este modo para expresar tan bellamente un sentimiento.
ResponderEliminarTe abrazo
Han sido mi duelo y mi homenaje.
EliminarGracias por tu abrazo.