Dejo de leer, y las noticias de la prensa me traen de nuevo el eco de
fragmentos, ya casi olvidados, de cartas y doctrinas que parecen en
desuso, como caídas en desgracia entre quienes se presentan como sus máximos valedores: 'Aunque
hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo
caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe...'.
Se llama Purificación Flores. Tiene 59 años y cinco nietos.
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