Día de debate, día de después del discurso del aspirante. Escucho cómo un secretario general recuerda las razones del nacer de su partido para explicar -¡ay, tiempos de tener que explicar lo obvio!- la razón de su voto ('no podemos votar a favor de lo que queremos cambiar'). Paso por ese aparato casi intimidatorio -más que el aspirante- que es la ITV. Y por Correos, donde me sorprende y agrada la conversación que entabla -día y debate- un ciudadano que quiere que las cosas cambien y sabe que también yo lo quiero.
Al salir, en la vitrina de la librería cercana que siempre miro, un ejemplar de la Poesía completa de Idea Vilariño.
Quizás sean ideas, y versos, lo que más echo a faltar. Sobre todo si se trata de debatir.
Todo es muy simple
Todo es muy simple mucho
más simple y sin embargo
aún así hay momentos
en que es demasiado para mí
en que no entiendo
y no sé si reírme a carcajadas
o si llorar de miedo
o estarme aquí sin llanto
sin risas
en silencio
asumiendo mi vida
mi tránsito
mi tiempo.
(Idea Vilariño)
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