SÉ TÚ MI LÍMITE
Tu cuerpo puede
llenar mi vida,
como puede tu risa
volar
el muro opaco de la tristeza.
Una sola palabra
tuya
quiebra la ciega soledad
en mil pedazos.
Si
tú acercas tu boca inagotable
hasta la mía,
bebo sin
cesar
la raíz de mi propia existencia.
Pero tú
ignoras cuánto
la cercanía de tu cuerpo
me hace vivir
o
cuánto
su distancia me aleja de mí mismo
me reduce a la
sombra.
Tú estás, ligera y encendida,
como una
antorcha ardiente
en la mitad del mundo.
No te alejes
jamás.
Los hondos movimientos
de tu naturaleza son
mi
sola ley.
Retenme.
Sé tú mi límite.
Y yo la
imagen
de mí, feliz, que tú me has dado.
José Angel Valente
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