lunes, 28 de noviembre de 2016

vocabulario

Ezio Mauro, hasta hace muy poco director de La Repubblica, ha escrito en el diario italiano un magnífico reportaje que ha titulado La sutil línea roja. Viaje por Italia en busca de la izquierda. Un recorrido que arranca en Turín sobre el 3, el tranvía que corta y cose dos ciudades: la de ‘los salones’ y la de los nuevos excluidos, según Mauro. Un viaje en doce etapas más una, la de Turín, que le sirve para calentar motores. Los excluidos, la élite, la burguesía, las dos izquierdas, el vocabulario, los pobres, los inmigrantes, el populismo, los sheriffs, los fundadores, el trabajo y el sentimiento. Por este orden.

Conviene, con todo, no confundir aquella situación con esta nuestra, y son muchas las razones para ello, pero no nos vendría mal no olvidar que Italia anticipa -¿una década quizás?- los fenómenos políticos que verán la luz más tarde en la Europa más cercana a nosotros. Me lo dijo un día ya lejano, entre canapés y aperitivos de embajada cuasi santa, un amigo sabio al que me hubiera gustado frecuentar más y del que me hubiera gustado aprender mucho más.

Puede que hoy, preparándose Trump para reinar y con la historia de vuelta (ya lo dije aquí otro día: para The Economist, history is back), finalizado el siglo XX -al decir de algunos- con la muerte definitiva de Fidel, Rajoy por sus fueros y la gestora atrincherada en Ferraz desde la noche en que la sede del PSOE fue tomada y la militancia puesta en cuarentena, tengamos que prestar atención y aprestarnos a tareas indebida y largamente pospuestas, si es que no abandonadas del todo a su suerte.

Y quizás sea una de las principales la de recuperar las palabras (que tienen dueño -recuerden a Carroll- y a su dueño sirven) en desuso y/o devolverles el sentido a aquellas sobre las que ha recaído un más que notorio y hasta salaz abuso. Es justamente la parada que Ezio Mauro llama ‘il vocabolario’. En la que quizás convenga detenerse y leer:

Para entender qué hacer, haría falta antes saber qué decir. Frente a una crisis económica sin precedentes, con una derecha que dejando de lado lo políticamente correcto se ha tomado la más extrema libertad de palabra, vaciando el lenguaje político y falseando las referencias culturales de su campo, la izquierda ha clausurado el viejo vocabulario y no ha encontrado el nuevo. Nadie se preocupa de escribirlo, todos están demasiado ocupados en buscar la ocurrencia eficaz en los ciento cuarenta caracteres de un twit, en lugar de poner en juego un pensamiento largo, aceptando el uno contra todos de las redes sociales donde vive la democracia del libre intercambio de opiniones, ya sin púlpito ni mensaje vertical, pero donde crece también la sociedad del rencor. Mientras tanto, la derecha sabe de qué habla, y sabe incluso cómo hacerlo.’
 
Así Trump, Orbán o Le Pen, esta última apuntando hacia un nacionalismo revolucionario y proponiendo un patrotismo económico y una soberanía al servicio de la identidad, a la vez que denuncia la traición de las élites que llevaría a una Francia que ya no reconoceremos, que se convertirá para nosotros en un país extranjero. Palabras que, al decir del autor, remueven lo más profundo de los viejos miedos con lenguajes novísimos. Y que, en el caso de Francia, preparan el terreno para un programa de derecha extrema -Fillon, vencedor de las primarias de la derecha- para confrontar con la extrema derecha, neutralizada la gauche y ausente.

¿Y la izquierda? La izquierda no usa ya las palabras de siempre porque le parecen viejas, aunque en realidad aparecen antiguas solo porque no suenan auténticas. ¿O hay algo más moderno que hablar de los derechos del trabajo, para negar que sean una variable dependiente de la crisis cuando son, por el contrario, una medida de la calidad democrática del país?. ¿Hay algo más responsable que proteger el estado de bienestar frente al ataque de estos últimos diez años? ¿Por qué tiene que ser viejo hablar de igualdad en una fase en que la crisis está convirtiendo las desigualdades en exclusión, sabiendo que exclusión y democracia son realidades excluyentes?

La conclusión es -la transcribo tal cual- certera. Y la comparto tal cual:
(…) si te faltan las palabras, tus palabras, las de tu historia (…) eres prisionero de la hegemonía cultural dominante, gregario del pensamiento único, actor en la agenda de otros, y mientras tanto el concepto de izquierda empalidece dentro de un líquido aséptico y confortable pero diferente y sin color. La indistinción democrática.’

Es en esa indistinción en la que unos pueden afirmar que abstenerse no es apoyar (cuando de tu abstención depende la elección de un presidente de la derecha) y todos a una defender la soberanía de una militancia a la que, por coherencia, no se debe consultar (en el partido mandan los militantes, pero la democracia directa no forma parte de la tradición de la socialdemocracia)

Leer este Viaggio es más que saludable, salvando las distancias (una, y no menor, que allí gobierna la izquierda) y acercando las coincidencias. Porque la de allí, como las de aquí, hablan de vez en cuando, sí, de los pobres, pero puede que ninguna se haya parado desde hace muchísimo a hablar con los pobres.

domingo, 27 de noviembre de 2016

fidel


Hijo de un tiempo ido, no entendió que un revolucionario no puede estar nunca por encima de su pueblo. 
Y que el socialismo no puede vivir sin democracia.

¡Larga vida, comandante!

viernes, 25 de noviembre de 2016

sin cerraduras ni llave



 ¿De profesión? Pues casi preso...


Mi vida

Mi vida,
os la puedo contar en dos palabras:
Un patio.
Y un trocito de cielo por donde a veces pasan
una nube perdida
y algún pájaro 
huyendo de sus alas.

(Marcos Ana)

lunes, 21 de noviembre de 2016

sesenta y tres

Si te parece, podríamos ir a darle los días... Era la propuesta de mi abuelo Pedro, si era fiesta o domingo, o los hombres estaban de temporal, para que le acompañara a felicitar por su cumpleaños al amigo o familiar que ese día los cumpliera. Aunque más que cumplirlos, como ahora, los años se hacían.
Siempre la misma fórmula, casi un rito, que cumplas muchos con salud, y la misma respuesta siempre: gracias, y tú que lo veas
Hoy hago los sesenta y tres, y entre las muestras de afecto -muchas, por fortuna-, un solo pensamiento: que no quiero ser otro del que soy, que nada ambiciono.
Ahora que -tantos años después de que aquel decretara su fin- la historia está de vuelta. Lo dice The Economist: history is back. Como una venganza.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

de fiar

Amanda tiene 20 años y es gitana. Hoy, día de la tolerancia, se ha tatuado un mensaje:  
soy gitana, y soy de fiar.




martes, 15 de noviembre de 2016

suave, insoportable

Se piange, se ridi

Te diré que no supe si reír o llorar
después de todo
pero estaba feliz,
demasiado feliz, sospecho ahora.
Recuerdo que me hablaste
de que empezaba a amanecer,
el cielo parecía algodón sucio.
Lo más inolvidable será siempre
el aire fresco y dulce que crecía,
igual que una caricia, entre dos luces.
                                 Yo estaba sola
y tú quisiste ser mi amigo:
que esto no rompa la amistad, dijimos.

Pero fue hermoso más que un sueño,
mucho más inquietante que un puente entre la bruma
y aquel coche sin duda más maravilloso
que un bosque de la Alhambra
y tu corazón más hondo y más extenso
que el manto de la aurora
cuando llorando me asomé al balcón
de tus ojos.

Por eso ahora escuece la distancia
como ella sola y el deseo -cruel-
asoma cada minuto
-con el peligro que eso entraña
para una sencilla amistad-
ahora no puedo menos que aceptar
lo que fue un verdadero error de cálculo:
esta suave tristeza insoportable
con la que no contábamos.


(Ángeles Mora*, de Cámara subjetiva, 1996)

*Premio de la Crítica y Premio Nacional de Poesía 2016 -que le fue concedido ayer- por Ficciones para una autobiografía.

viernes, 11 de noviembre de 2016

leonard nieva

A veces el día no se conforma con una sola mala noticia. Y son dos. Paco Nieva, valdepeñero universal, tan suyo y tan nuestro. Leonard Cohen, tan Lorca.

foto Santi Burgos/EL PAÍS
‘(…) De este modo, el teatro de Nieva atraviesa la ‘puerta estrecha’ y nos obliga a vislumbrar el misterio del ser, misterio que tiembla en el trasfondo invisible adonde no llegan nuestros ojos racionalizados, indignos de percibir la suave verdad que en cada persona humana existe, más allá de las hipocresías y las imposiciones. Es, pues, el suyo, un teatro moral, precisamente porque no es moralista ni dogmático. Nos hace entender al hombre nada menos que como todo un hombre. Y de ahí nace esa ternura, esa comprensión, esa tolerancia del autor al enfrentarse con sus desvalidas criaturas, que, inocentes en el fondo, pululan en un mundo que ellas no han contribuido a crear, pero al que han de padecer con las taras y las monstruosidades sin cuento, de las que son portadoras de un modo absolutamente fuera de su responsabilidad.’

(Carlos Bousoño, en El teatro Furioso de Francisco Nieva. En Francisco Nieva, Teatro completo, vol I, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 1991)


‘GARRAFONA.- Acostúmbrate a estos juegos, Cachuchín, y no tengas sangre de mico. No seas tan apocado. El sobrante de entrepiernas hay que jugárselo al peligro, como hacen todos los hombres. Ahora verás el ejemplo. ¡Que empiece la ceremonia! Siéntate en esas almohadas y haz tu trono de la cama, que se te va a convertir en una carroza de plomo candente. La carne no te dejará vivir hasta que engendres una espuerta de primogénitos. Tirada por el crecimiento de tu deseo, la carroza irá a buscar a esa europea despechada y se nos va a despertar en plena retortija del parto. Menuda sorpresa se va a llevar.’

(Francisco Nieva, de La carroza de plomo candente)







 
The Traitor

Now the Swan it floated on the English river
Ah the Rose of High Romance it opened wide
A sun tanned woman yearned me through the summer
and the judges watched us from the other side
I told my mother "Mother I must leave you
preserve my room but do not shed a tear
Should rumour of a shabby ending reach you
it was half my fault and half the atmosphere"

But the Rose I sickened with a scarlet fever
and the Swan I tempted with a sense of shame
She said at last I was her finest lover
and if she withered I would be to blame

The judges said you missed it by a fraction
rise up and brace your troops for the attack
Ah the dreamers ride against the men of action
Oh see the men of action falling back

But I lingered on her thighs a fatal moment
I kissed her lips as though I thirsted still
My falsity had stung me like a hornet
The poison sank and it paralysed my will

I could not move to warn all the younger soldiers
that they had been deserted from above
So on battlefields from here to Barcelona
I'm listed with the enemies of love

And long ago she said "I must be leaving,
Ah but keep my body here to lie upon
You can move it up and down and when I'm sleeping
Run some wire through that Rose and wind the Swan"

So daily I renew my idle duty
I touch her here and there, I know my place
I kiss her open mouth and I praise her beauty
and people call me traitor to my face.

(Leonard Cohen)

jueves, 10 de noviembre de 2016

vigilia

Ciudad sin sueño (Nocturno del Brooklyn Bridge)

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.

No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño:
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.

Un día
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.

Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!

Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.

(Federico García Lorca, de Poeta en Nueva York)



miércoles, 9 de noviembre de 2016

trump

(…) Cada mañana, en la escuela, juraba fidelidad a la bandera de nuestra patria. Junto con mis compañeros de clase, entonaba un canto a sus maravillas en el salón de actos. Celebraba con entusiasmo las festividades nacionales, y sin pensar dos veces en mi afinidad con los fuegos artificiales del Cuatro de Julio, el pavo de Acción de Gracias o los dos encuentros consecutivos de béisbol que se celebraban entre los mismos equipos el 30 de mayo, el día en que se decoran las tumbas de los soldados. Nuestra patria era los Estados Unidos de América.
          Entonces los republicanos proclamaron a Lindbergh candidato a la presidencia y todo cambió.

(Philip Roth, La conjura contra América)
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