Esta es una nueva aventura. La primera incógnita: no sé cuánto durará, ni si mi (in)constancia aguantará la actualización con cierta frecuencia. La segunda -y más principal-, ¿a quién le podrá interesar?. Finalmente, la tercera, que es de índole cuasimetafísica, va y se pregunta por la verdad. ¿Seré capaz aquí de decir verdad?. Puede que deba hacer ya algo así sin más rodeos, que mira que se los vengo dando hace años. Mi verdad: impermanente, revisable, transitoria (¿caeré ya sin más y de entrada en el inaceptable panrelativismo que con tanto ardor denuncia don Antonio?), subjetiva por mía, abierta por adogmática. Cuando pueda o quiera, o me apetezca. Para que la lea (y me/os/nos escriba) todo aquél y aquélla al que le plazca o le interese.
Hoy, la terca realidad. Veinte muertos. Y dicen que nueve menos que el año anterior por estas fechas. ¿Y podemos seguir diciendo que no estamos locos?.