domingo, 10 de julio de 2016

días de después

Ciudadano en vísperas. 25 de junio

El voto consciente y libre es siempre un voto útil. Lo dije cada vez que lo pedía -y lo pedí muchas veces- cuando en campaña no era espectador.
También pedí siempre un voto, además de libre, valiente. Y así será mañana el mío.
Aunque nunca pensé que votar socialista llegara a ser un día un acto de valentía.


26 de junio

He votado. No he dado un cheque en blanco, sino un mandato: con mi voto no se negocia un gobierno ni de ni con la derecha.

Día de reflexión. 27 de junio

Hoy toca reflexionar. Después de conocer los resultados y aceptar lo que la ciudadanía ha decidido con su voto. Porque es inaceptable, ni siquiera dejándonos llevar de la rabia y la decepción, decir que los españoles somos un pueblo de borregos (o de corruptos, que también lo he leído): no quiero ser como los que decían eso mismo cuando los resultados fueron otros.
Ahora estamos peor, pero es hoy mucho más clara la única opción posible que nos queda a los progresistas que aceptamos los resultados: un gobierno de cambio con una agenda clara y pactada para las reformas imprescindibles.
Y hoy, como ayer, ese es un gobierno a tres: PSOE, Podemos, Ciudadanos. 188 votos.
Fue posible antes, y con mayores apoyos, pero la confluencia de burócratas y aventureros -que siempre suele ser fatal- lo malograron.
Yo lo quiero, porque quiero que se derogue la LOMCE, la ley mordaza y la reforma laboral. ¡Qué menos!
Y que se cambie la ley electoral hacia una más proporcional y, por lo mismo, más acorde con el espíritu y la letra de la Constitución.
¿O, muerto y enterrado el sorpasso hasta nuevo aviso, esperaremos cuatro años más a que sea factible un gobierno 'a la valenciana'?
Y un par de apuntes más:
Uno. Que habrá que aprender a no subestimar al PP... (ya, si ya sé de la zafiedad y lo tosco de muchos y muchas) en sus mensajes de campaña: desde ese 'a favor' hasta su apelación a la estabilidad y a ser eje del voto de 'los moderados', pasando por su habilidad para traducir el 'brexit' en un aviso tajante: eso es lo que pasaría con un referéndum en Cataluña.
Rajoy no ha cometido ningún error en esta campaña (aún lo recuerdo en el debate permitiéndose la ironía con los demás: 'no hacen más que insultarme pero no son capaces de ponerse de acuerdo para echarme...' O algo así).
Los demás no se han ahorrado casi ninguno.
Dos. Que es insoportable ya tener que oír/ver cómo se mistifica y niega la realidad más evidente.
Por no hablar de casas ajenas, y mientras en Ferraz parece que se celebra el peor resultado de la historia porque podría haber sido peor aún, aquí ya he leído no sé qué de la suma de las fuerzas progresistas. Las que por primera vez desde 1977 han sido superada por las conservadoras.
Con un PSOE en caída libre y una coalición/confluencia que tiene ahora menos votos que los que alcanzó en solitario Podemos, quizás sería conveniente que repasaran la tabla de sumar.
En la de restar ya han acreditado sobradamente su competencia.

Respuesta a una pregunta en forma de comentario sobre si el PSOE haría bien en abstenerse y pasar a encabezar la oposición
Hay algo que no dicen -puede que ni hayan reparado siquiera- los que propugnan la abstención para 'dejar gobernar' (o 'permitir un gobierno') a Rajoy, y es que si haces eso quedas preso de tu decisión durante toda la legislatura.
Salvo que estés dispuesto a hacer una moción de censura en un momento oportuno (¿y con quién si no es con los mismos con que ahora podrías pactar?). Claro que para eso tienes que ser un candidato con autoridad y apoyos firmes, y no un rehén de múltiples y variadas taifas.
Es decir, que te autoinhabilitas para ser eje de la oposición. Y le regalas a un Podemos desnortado y noqueado la única vía de rehabilitación: ser la oposición.
Por otra parte, si vuelve otra vez el fantasma del susanismo, ¿la oposición se hace desde San Telmo?
¿y Andalucía se gobierna a ratos, con una presidencia a lo Cospedal?

sábado, 9 de julio de 2016

día quince

Espectador en campaña. Día quince (y final). 24 de junio

Lo que ayer fue una ironía (¿Gibraltar? ¡Español!) hoy, cuando la derrota de las encuestas y el voto realmente existente confirma la peor de las opciones, el ministro del ramo -el español, of course- viene a decir que no hay bien que por mal no venga y, en el colmo de la estupidez engreída, que ya está la bandera de España más cerca de ondear en el Peñón.
¿Será que sueña con una legión de llanitos clamando por su anexión?
Claro que su jefe, menos dicharachero, ha despachado la infausta decisión de salir de la UE con un 'tranquilos-que-aquí-estoy-yo-y-no-pasa-ná' y que 'ay si esto pasa antes cuando los otros no lo contamos y nos habíamos hundido en el rescate y la quiebra' y por eso... a ver a quién votamos el domingo.
Vamos. En su estilo. Que así me explico cómo le va a Europa.
Tampoco han entendido nada los que achacan el resultado a que la UE no es la Europa social, justa, solidaria y acogedora que queremos... Que no se enteran de que los británicos que la quieren así han votado quedarse. Y han votado abandonar/salir los que creen que se ha ido muy lejos en políticas sociales y de integración.
¿O es que LePen, Salvini y demás derecha ultra y xenófoba -que ya piden referenda para salir en sus respectivos países- claman por una Europa federal, solidaria y de los trabajadores?
Quizás harían bien en mirarse el análisis y pensar. Pensar si los compromisos de referenda, más allá de quedar bien con el eslógan ('nadie viva obligado, luego viva el derecho a decidir'), resuelven problemas o los enconan.
Claro que ya dice Él que haría campaña para que se queden. Como Cameron mismamente.
El caso es que ayer, ejerciendo su derecho a decidir, los británicos nos han jodido a todos. Han votado por todos los ciudadanos europeos, que no estábamos llamados a decidir.
¿Y los escoceses? ¡Ay! Que ahora quieren votar otra vez, para entrar yéndose. O volver saliéndose. O algo así.
Las bolsas caen, y en Madrid casi el triple que en Londres, mire usted. Y la prima de riesgo sube. Y nos costará más financiar la deuda que los nacionales han conseguido que esté ahora más crecida y abultada.
Ya lo decía Rajoy. Que aquí estoy yo, y tranquilidad. Que no pasa ná.

El espectador ha estado hoy de mitin, más espectador que nunca.
Y ha echado en falta dos cosas. Una, que no se haya mencionado ni una sola -ni una- propuesta del programa electoral. Pareciera que esa sea cosa del candidato por antonomasia. O que con tanto decir lo que se fue y se hizo en el pasado se haya olvidado decir qué queremos hacer con el futuro.
Dos, que el nombre del tal candidato no se haya pronunciado ni una sola vez siquiera. Ni una.
Me daba la impresión de estar allí donde habita el olvido.
Rajoy e Iglesias sí han salido profusamente. Y hasta Anguita.
Habrá colegido ya el lector, o la lectora, que el mitin era de los que el espectador en campaña llama 'los míos'.

viernes, 8 de julio de 2016

dia catorce

Espectador en campaña. Día catorce. 23 de junio

Donde pueden verse distintas maravillas hispánicas. El milagro mariano de la multiplicación de los millonarios: más capital humano para una eventual reproducción de la amnistía fiscal que tanto bien ha procurado a los nacionales. La apoteosis del ministro beato, faldero y santurrón facilitador de medallas -pensionadas- y ascensos, señor de la porra y la multa, acogido al manto de vírgenes variopintas en sus funciones de agitador de la máquina del fango autóctona.
Hoy se vota -en la pérfida Albión- el destino inmediato de Europa. Muestra de que lo que antaño fue claro objeto de deseo es ahora anticipo de un mal sueño. Pena del nuestro, que allí depositamos toda nuestra esperanza.
Pena de que la mayor preocupación de nuestras derechas fuera el anuncio de la visita del primer ministro británico al Peñón. ¿Gibraltar? ¡Español!
Como Perejil, ¡faltaría más!

Comentario
Con recio viento de levante, como ya sabes.

jueves, 7 de julio de 2016

día cinco

Espectador en campaña. Día cinco. 16 de junio

Oigo que en una televisión privada, creo que aún accionarialmente berlusconiana, hay un programa en el que invitan a cruzar 'la puerta del cambio'. Y lo hacen entre sonrisas fashion... Pero me aseguran -y no me lo creo del todo- que no tiene nada que ver con la campaña (por cierto, el 'corrector' se empecina en escribir 'champán') electoral.
Para los que, como el espectador, somos más de Heráclito que de Parménides, apostamos sin dudar por el cambio, pero el voto se lo tienen que ganar de nuevo, uno a uno, los que a cambiar nos invitan.
Y es difícil admitir, al menos en mi caso, que las razones para la cosa quepan en un tuit. Porque esta es una campaña que tiene como gran titular del día la obviedad que escribe en un tuit uno de los contendientes -tan sencilla de entender que me avergüenza el revuelo en su entorno- y los retuits con que le replican.
Vergonzosa, sí, la reducción a sentencias cuasi redundantes de lo que debería ser, en mi opinión, discurso argumental de contenidos y propuestas.
Mal tiempo este, el de titulares sin sustancia que no aportan elementos para la reflexión y el juicio... ¡y sálvese quién pueda!.
No cabe en un tuit la afanosa búsqueda (es un decir) de los 300.000 euros que pondrían a Conde en la calle, aunque no haya cumplido con la sentencia condenatoria de hace décadas. Ya ni la Fundación FF, el ex caudillo, le alcanza como aval.
Tampoco cabe en un tuit la rabia y la vergüenza que me produce saber que más de medio millón de niños formaban parte de la legión de desposeídos que el año pasado buscaban refugio y seguridad en Europa. Y que la cuarta parte viajaban solos.
Este año son nueve de cada diez los que se echan solos a los caminos, y solos y sin amparo arriesgan su vida. Parece que importa menos garantizar su integridad que la de las mercancías y servicios que quieren proteger con el TTIP.
Por cierto: el NO al Tratado sí cabe en un tuit. Que no leo es esta campaña.
Lo que el espectador sí ha oído, de boca del candidato del PSOE, es que no habrá 'gran coalición'. Y se alegra.
Seguro que también lo han escuchado los que fían una parte de su éxito a tal especulación.


Comentario
Que no haya gran coalición no quiere decir que no se deje gobernar al PP o sí?

Respuesta
No estoy en el arcano: digo lo que he oído, y no aventuro. Aventureros ya tenemos bastantes.
Tampoco, aunque no creas que no me cuesta, hablo de futuribles, esos que podrían haber sido pero no fueron.
A buen entendedor...

miércoles, 6 de julio de 2016

día cuatro

Espectador en campaña. Día cuatro. 14 de junio

Ayer, como lo hicieron 'los líderes', descansé. Y hoy acabo de sobrevivir al debate (otra cosa es que logre la misma hazaña viendo ahora la cocinilla de La Sexta: por cierto, ¿alguien duda de a quién dará como ganador la encuesta de la casa?)
Descansé ayer para poder compartir con los amigos uno de los momentos más entrañables de hace mucho tiempo. Al calor de la amistad, comprobando que se hacen versos al andar caminos que están hechos. Acogidos a la amable hospitalidad Ndanka Ndanka.
Ratos agradables que no interrumpe ninguna campaña, aunque tengo que confesar que, de haber estado allí por la mañana, me habría apetecido sumarme al acto donde se reivindicaba el esfuerzo y la lucha -y las políticas- de igualdad. En este caso, entre mujeres y hombres.
Del debate... ¡Qué decir! De todo, menos llamar debate a un monólogo pesado, reiterativo, previsible, lento... ¡coñazo!, dicho sea con perdón de lectoras.
¿Nadie les ha dicho a los intervinientes que cuando se está en un de-ba-te no es descortés interrumpir, interpelar, preguntar, rebatir...?, ¿que la viveza no está reñida con el respeto, y que es precisamente la salsa del debatir?
Rajoy quedó vivo -léase políticamente- después de estar políticamente muerto: entre todos lo mataron y él solito decidió no morirse. Y hasta se ha permitido hoy ironizar con los 'por tu culpa' que se han proferido los del trío de al lado.
Hoy ha vuelto a lo suyo. Y si pervive -chi lo sà!- no será por sus muchos deméritos. Miren ustedes lo que tienen delante: todos por el pueblo, a ser posible sin rendir al pueblo cuentas de su sordera.
Me ha sorprendido, y bien, Pedro Sánchez. Pena del mantra de nosoypresidenteporqueiglesiasvotóarajoy/nomevotó, que ha rozado lo lastimero.
Me hubiera gustado volver a percibir la contundencia/coherencia de negar sus/mis/nuestros votos para un gobierno de la derecha, sea cual sea la fórmula que lo ampare.
Mi coincidencia con la obviedad convertida en audacia de un Pablo Iglesias que acaba de descubrir que la alternativa a un gobierno en que Rajoy se sucediera a sí mismo es un gobierno 'de cambio'. Lo que no acaba de aclarar es si ha patentado la exclusiva. No la de la ocurrencia, sino la del susodicho gobierno.
Y siempre quedará abierta la pregunta del por qué sí ahora, cuando antes fue no.
Y Rivera, a lo suyo. Con un punto faltón que falta hace en ese formato.
El mejor, sin duda, Vicente Vallés. Ojalá le hubieran dejado. Hasta podrían haber hablado de cosas que interesan a la gente.
A mis padres, por ejemplo, a los que -casi nonagenarios- les preocupa menos el futuro de su pensión que el del trabajo de sus nietos. Una, María, acaba de asistir a la ceremonia de su graduación. Ya es enfermera.
Salió la encuesta de La Sexta: ustedes ya lo adivinaron. Él.

Comentarios
Me hago una idea aunque viendo los titulares hoy encuentro un poco deprimente todo el esfuerzo que se despliega por ser segundo. Y es un empeño tenaz.

No acabo de entender tu argumento, me atrevo a calificarlo de como contradictorio? por un lado te gustaría percibir la contundencia...para no apoyar un gobierno de derechas por parte de Pedro. Críticas, como una obviedad que Pablo hable de gobierno de cambio, pero te recuerdo que Pedro fue el que pactó con Ciudadanos (¿es derecha?)

Respuesta

Ya hemos hablado de esto.
La noche de las elecciones pasadas escribí -y lo sigo creyendo- que la única manera de abrir una etapa nueva (y dar por agotado el tiempo PP de recortes, desigualdad y expolio) era conformar un gobierno para una legislatura corta y una agenda de reformas clara y pactada con quienes se comprometían con el cambio: PSOE, Podemos y Ciudadanos.
No se trataba (tampoco Podemos -véase Errejón- veía esa dicotomía) de un gobierno de izquierda vs. un gobierno de derechas, sino de uno continuista frente a uno de cambio y reformas.
Tampoco las cuentas salían.
Luego, sobraron las imposiciones, los vetos, las líneas rojas (que al final sirven sólo para autojustificarse).
A Pedro Sánchez, que sí vio la necesidad de un gobierno a tres, no le ayudó para nada el pre-juicio de los que entre los suyos lo llevaron maniatado a la negociación. Y acabó de rematarlo la nunca suficientemente denunciada egomanía de Iglesias (¿o se nos ha olvidado aquella rueda de prensa donde le formó el gobierno a quien aún no tenía el encargo del rey?).
En fin... ¿que ahora sí es imprescindible lo que ayer mismo ni siquiera era cosa a considerar?
Dos apuntes: en el gobierno 'a la valenciana' no está Podemos.
En Grecia, Tsypras gobierna con la derecha nacionalista.

martes, 5 de julio de 2016

día dos

Espectador en campaña. Día dos. 11 de junio

Pocos ecos de la campaña me llegan hasta este rincón donde la televisión está respetuosamente apartada.
Hablan en la prensa de que los hay que quieren -dicen- hacer de la patria el centro de su discurso, y del enfado de los que no han tenido tamaña ocurrencia (más los que se la ven con mirar la correa del reloj) y corren a vocear. No sea que se la quiten. La patria, no la correa.
Y dice para sí el espectador si no será mejor que, por no ser de nadie, lo sea de todos. Incluso de los que hemos llegado con el tiempo a la convicción de que la patria verdadera es, efectivamente, la infancia.
Leo que andan teorizando sobre la cuarta socialdemocracia. Lo cuentan, al parecer, los que saben de cuentas, y eso aunque se ganen un suspenso retroactivo al hacer comulgar con tal doctrina a quienes propugnaban el fin del capitalismo.
Y también se enfadan, y mucho, los que dicen ser (y serlo) de siempre. ¡Faltaría más!
Y piensa el espectador si no debería haber alegría por ver cómo vienen otros a sumarse a la defensa de tan, por lo que parece, codiciada posición ideológica.
De lo que no oigo hablar es de ese estudio sesudo que dice que el uno por ciento (1%) de la población del mundo detenta más del cuarenta y siete (47%) de la riqueza mundial. Y que la cosa ha avanzado en estos últimos cinco años: cada vez es mayor la riqueza que se concentra en menos manos.
Y ya que la socialdemocracia (¿la segunda?, ¿la tercera?) contuvo antaño el empuje casi irresistible de la desigualdad, ¿será esa la razón de su atractivo hoy?
Pues no sabría decirles si darán razón los que se declaran y los que se quejan de aquí a que acabe la campaña.
Tampoco oigo que digan nada ni los otros ni los unos del proyecto de la Unión Europea para ir reduciendo la brecha entre las habilidades -competencias, diría un servidor- del personal y las que requieren los nuevos oficios.
No sé si por estar la estrella europea de capa caída -razones no faltan- o porque se trata de la educación, nadie dice ni mú. ¿O esperarán al debate estelar 'a cuatro'?
Estoy seguro de que en los encuentros que no ofrecen titulares andará mi querido Gabilondo -don Ángel, que no es candidato- hablando de la cosa.

En lo local, valientes las mujeres que se conjuran contra el no saber y el miedo, casi siempre juntos, para vencer mejor al cáncer que amenaza sus mamas. No sé si, de paso, habrán ajustado cuentas con los precios de la medicación.
No ha podido estar este espectador donde debía. Allí donde esta noche se recordaba al compañero de vida de una muy querida compañera de afanes y de sueños.
Tarde me ha llegado la amable invitación, y otros requerimientos me mantienen lejos de donde se ejerce la solidaridad del recuerdo. Que debería ser campaña permanente.
Habría ido, de poderme organizar. Y no habría podido resistirme a mirar, aun de reojo, si la hornacina que corona la escalera noble del laico Ayuntamiento sigue ocupada.

lunes, 4 de julio de 2016

agua pasada (día uno)

Al comienzo de la campaña que habría de concluir con las elecciones generales del 26 de junio próximo pasado me propuse escribir, al hilo de los días, algún apunte breve, un pensamiento, tal vez una reflexión, que me sirviera, además de desahogo, de luz en mi incertidumbre. Una pequeña guía para un espectador perplejo.
Espectador, sí. Más que nunca. Y así llamé a esas entradas, Espectador en campaña, casi que un pelín irónica la cosa, que escribí en lo que tan pomposamente -y tan sinfuste- denominan muro de Facebook.
Ahora las reproduzco aquí. Con alguno de los comentarios (y sus respuestas, cuando las hubo) que me hicieron entonces.
No fueron quince. Tampoco se detuvieron con las votaciones, ya cumplido el oficio de espectador.
Ahí van.

Espectador en campaña. Día uno. 10 de junio

Dicen los informativos (no todos) de la mañana que el coste de los medicamentos contra el cáncer ha crecido un 73% en cinco años. Algunos tratamientos alcanzan un coste mensual de más de 12.000 euros.
Y dicen que esa tendencia amenaza con llevarse por delante, de no frenarse, el sistema público de salud. El dilema: o garantizar la atención (con la gratuidad de la medicación) a las personas que padecen la dolencia o atender a la salud de los números.
El espectador en campaña piensa que quizás se podría poner límite a la voracidad de las farmacéuticas, las empresas que comercian con la enfermedad.
En fin, que confío en que hoy, primer día de la cosa, algún partido, marea, confluencia o similar diga algo, proponga algo, que algo se les ocurra. Y, de ser posible, que nos digan de paso si el acceso a esos fármacos dependerá de en qué región de las de España está censado el sufriente o en qué hospital recibe la asistencia... en caso de que su tarjeta -la sanitaria, digo- le de acceso al ejercicio de tal derecho.
Aviso uno: ya sabe el que suscribe que esto es cosa de la vieja política. Pero ¡qué le vamos a hacer!, ya saldrá alguna que afecte a la nueva.
Aviso dos: el espectador, aun aspirando de siempre a una organización federal de su Estado, defiende a rajatabla las competencias -todas- de las Comunidades Autónomas.

En el orden de lo local, me preguntan los amigos de lo laico -me consideran uno de los suyos- que si está ya en vigor y se aplica la moción que se aprobó hace unos días, vísperas de campaña y a modo de urgente declaración, por la laicidad del municipio.
Les digo que, a lo que yo sé, la imagen remozada del sagradocorazóndejesús sigue presidiendo la escalera noble de acceso al Ayuntamiento. Claro que quizás nada se decía de tal cosa en la moción: le echaré un vistazo.

Comentarios
Veo que vas a los hechos. Mala campaña te espera.

domingo, 3 de julio de 2016

mémoire

Vrai nom

Je nommerai désert ce château que tu fus,
nuit cette voix, absence ton visage,
et quand tu tomberas dans la terre stérile
je nommerai néant l'éclair qui t'a porté.

Mourir est un pays que tu aimais. Je viens
mais éternellement par tes sombres chemins.
Je détruis ton désir, ta forme, ta mémoire,
je suis ton ennemi qui n'aura de pitié.

Je te nommerai guerre et je prendrai
sur toi les libertés de la guerre et j'aurai
dans mes mains ton visage obscur et traversé,
dans mon cœur ce pays qu'illumine l'orage.

 (Yves Bonnefoy, Du mouvement et de l'immobilité de Douve, 1953)


Llamaré desierto al castillo que fuiste,
noche a esta voz, ausencia a tu rostro,
y cuando caigas en la tierra estéril
llamaré nada al relámpago que te llevó.

Morir es un país que amabas. Voy
si bien eternamente por tus oscuros caminos.
Destruyo tu deseo, tu forma, tu memoria.
yo soy tu enemigo que no tendrá piedad.

Te nombraré guerra y me tomaré
contigo las libertades de la guerra y tendré 
en mis manos tu rostro oscuro y agrietado, 
en mi corazón ese país que ilumina la tempestad.
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