viernes, 26 de octubre de 2007

Ten amigos

Dudaba yo de mi (in)constancia, y al final son los amigos quienes me ponen ante el espejo. Y sí. Sigo. Sigo aunque en estos tiempos revueltos sea difícil acertar en las reflexiones, decidir qué cuestiones son las apropiadas para dar que-pensar.
Hay una, al menos, que me ha preocupado por sobre las demás de estos días. No es el colapso (dicen) de las cercanías en Barcelona, por más que mis amigos de allí estén más que alarmados. Por los retrasos, sí, pero también (incluso más) por las posibles consecuencias que de los tales atascos se puedan derivar para el futuro de la gobernanza (¿está bien así?) en Catalunya y en la misma España. Mi padre, que está mosca, habla de que algo raro -y no precisamente casual- está pasando. Yo, que conste, y como prudente que soy, trato de convencerle de que, de eso, nada de nada. Pero...
Tampoco me ocupa demasiado, por ahora, la deriva de la economía mundial. ¡Qué cosas!. Ayer mismo estuve en Herencia (noble población manchega que tiene de alcalde desde hace pocos meses a Jesús, uno de mis mejores (ex)alumnos) inaugurando el curso a lo municipal (esto es, de todos los centros y todas las enseñanzas a la vez, regladas o no, informales o formales, en el patio -hermosísimo patio- del Ayuntamiento). Como vi en primera fila a las alumnas, abuelas las más, de la Universidad Popular me entretuve gustoso en recordar con ellas la aceleración histórica, tecnológica y científica de los últimos 50 años, el proceso de acumulación del conocimiento (ese nuevo capital) y el cambio en las vidas y las costumbres. Todo ello para ir a dar en la necesidad de la educación durante toda la vida y la formación permanente que exige la actual sociedad de la información y que propicia por la mayor esperanza de vida y el mayor tiempo libre.
Hablé de todo esto a mi manera y teniendo en cuenta la diversidad del auditorio (el alumnado) presente. Y fuimos dando un repaso a este tiempo en que hemos pasado de la gallina de corral -¡ojo!, sólo en días señalados, de fiesta y similares- a la hamburguesa de pollo sin colesterol, de las tiendas de ultramarinos poco surtidas al cercano Carrefour, o de la noria a los novísimos GIS (Sistemas de Información Geográfica que controlan la intensidad del riego o la temperatura idónea pra la vendimia). Y más cosas que en otra ocasión diré.
Por no perderme: lo de la economía se entendió. Lo que más cuesta es saber por qué de las hipotecas de riesgo en Atlanta se puede derivar una desaceleración de la producción herenciana o una disminución seria de la recaudación municipal o autonómica.
Lo que realmente me preocupa es, sin broma, el descrédito de la justicia y del más alto Tribunal. Los que sí quisimos, e incluso pagamos caro, una Constitución (y una monarquía constitucional antes incluso que una república hereditaria dictatorial) tenemos que seguir dando la batalla por un Constitucional que merezca nuestros respetos.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...